
El Reino de Marruecos siempre ha enmarcado su acción exterior dentro de un enfoque legalista y estructurado, basado en el respeto al derecho internacional y a los principios de la Carta de las Naciones Unidas, afirmó Su Majestad el Rey Mohammed VI.
«No hay orden viable sin reglas. He aquí la convicción que sostiene las bases de la diplomacia marroquí», precisó el Soberano en un mensaje dirigido a los participantes en la 82ª sesión del Instituto de Derecho Internacional, que inició sus trabajos el domingo en la Academia del Reino en Rabat.
Recordando que ningún gran avance se logra con el aislamiento, Su Majestad el Rey subrayó en este mensaje, leído por el presidente del Instituto de Derecho Internacional, Mohamed Bennouna, que «las dinámicas internacionales no son un mero juego de equilibrio entre Estados, dado que encuentran sus bases en valores, principios consensuados e instituciones capaces de estructurar la cooperación y garantizar la sostenibilidad de estos principios».
El Soberano aprovechó esta ocasión para ensalzar la labor del Instituto de Derecho Internacional, ferviente defensor de la resolución pacífica de los diferendos, en el seno del compromiso con los principios de la Carta de las Naciones Unidas, que con el tiempo, “ha sabido escuchar al mundo y abrirse sobre la diversidad, integrando las voces de todas las culturas y sensibilidades”.
« El hecho de celebrar esta sesión en Marruecos, bajo la presidencia de un marroquí, ferviente defensor del derecho internacional, es, para Nosotros, la mejor prueba de todo ello », señaló SM el Rey, señalando que, desde su creación en 1873, el Instituto de Derecho Internacional «no ha sido únicamente el testigo de sacudidas mundiales, sino también un perspicaz observador, un pertinente analista, un iniciador de normas y una sólida voz de la conciencia jurídica universal. En este sentido, ustedes desempeñan esta misión con una perseverancia digna de toda admiración», prosiguió el Soberano.
Su Majestad el Rey añadió que la consagración del Instituto de Derecho Internacional con el Premio Nobel de la Paz en 1904 es el reconocimiento a una obra magistral al servicio del derecho internacional.
Por otra parte, el Soberano señaló que esta 82ª sesión del Instituto se celebra en un momento en que el derecho internacional se ve fuertemente sacudido por la avalancha de fuertes vientos contrarios.
«El mundo experimenta cambios visibles, las certezas se erosionan, los puntos de referencia se difuminan, las alianzas se cuestionan y el Derecho internacional -puesto en entredicho incluso por su propia capacidad a organizar las relaciones internacionales- se ve muy a menudo vejado», observó SM el Rey, sosteniendo que, ante estos desafíos, el Instituto, sin lugar a dudas, consolidará su reputación y confirmará su vocación.
Al referirse a los trabajos de esta sesión, el Soberano recordó que el orden del día «abarca temas candentes, como son la cuestión de las pandemias y las crisis mundiales que ponen a prueba tanto la salud de las poblaciones como los principios fundamentales que sostienen la arquitectura mundial».
«A través de las tensiones entre soberanía nacional y cooperación internacional, entre imperativos securitarios y exigencias de la solidaridad, una crisis sistémica no se conforma con perturbar el orden establecido, sino que revela sus defectos y acelera sus mutaciones», señaló SM el Rey.
A tal efecto, el Soberano instó a los participantes en esta sesión a «identificar tales mutaciones, no solo para comprender el pasado reciente, sino también para esbozar los contornos de un derecho internacional más resiliente que esté a la altura de los desafíos del mañana».
«Así pues, que Marruecos sea para ustedes una fuente de inspiración, que Rabat sea un crisol de intercambio y emulación, y que este 82º Congreso sea el que devuelva al derecho internacional el lugar que le corresponde: no como una desencantada utopía, sino más bien como un faro dentro de la niebla», concluyó Su Majestad el Rey.
MAP:24 Agosto 2025